No he de callar
Esta aventura llega a su fin (por lo menos, por ahora). Y ¿qué mejor forma de despedirme que con uno de los poemas más hermosos de nuestra literatura?. Francisco de Quevedo y Villegas, era un misógino, un xenófobo, un racista... lo era desde quien mira con los ojos de una persona del s.XXI. Pero a parte de juicios presentistas, Quevedo también escribió algunos de los poemas más valerosos y atemporales de la historia de este país. Éste es uno de ellos.
Y con él, me despido hasta otra ocasión.
No he de callar, por más que con el dedo,
Ya tocando la boca, ya la frente,
Me representes o silencio o miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Hoy sin miedo que libre escandalice
Puede hablar el ingenio, asegurado
De que mayor poder le atemorice.
En otros siglos pudo ser pecado
Severo estudio y la verdad desnuda,
Y romper el silencio el bien amado.
Pues sepa quien lo niega y quien lo duda
Que es lengua la verdad de Dios severo
Y la lengua de Dios nunca fue muda.
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